El poder de la crianza positiva: 4 estrategias para comenzar
Por el personal de BuenosConsejosParaPadres.com
Lectura de 8 minutos
¡Mi hijo preescolar no me hace caso!
¡Le he dicho mil veces que no brinque en la cama!
Me miró directo a la cara mientras dibujaba en la pared con sus marcadores.
¿Por qué corre y grita dentro de la casa? ¡Sabe que ese comportamiento no está permitido!
Cuando escucha la palabra "disciplina" quizás piense inmediatamente en castigo y mal comportamiento. Sin embargo, la disciplina es mucho más que eso. Los niños crecen explorando y experimentando con su mundo, pero depende de usted protegerlos y enseñarles cómo comportarse debidamente. Puede ayudarlos estableciendo límites y poniendo consecuencias para cuando se porten mal.
Como todo padre sabe, no existe una solución que le funcione a todo el mundo cuando se trata de la disciplina de los niños, pero existe un enfoque que puede darle estrategias efectivas para tratar con el mal comportamiento. Se llama disciplina positiva, y puede ayudarle a sus hijos a tomar las decisiones correctas, aun cuando usted no esté cerca.
¿Qué es disciplina positiva?
La disciplina positiva es un aspecto de la crianza positiva. Se enfoca en lo que usted quiere que su hijo haga en lugar de decirle lo que no puede hacer. Sin embargo, es importante tener en cuenta la edad y el nivel de desarrollo del niño. Por ejemplo, un niño de dos o tres años de edad necesita un ejemplo concreto de qué hacer. Puede ser más efectivo llevarlo de la mano y ayudarlo a guardar sus juguetes correctamente. Un niño de cuatro años podría responder mejor cuando le pide hablando que recoja sus juguetes.
La disciplina positiva comienza entendiendo cómo abordar el problema inmediato y determinar la meta. El problema inmediato quizás sea hacer que su hijo deje de correr y gritar dentro de la casa, pero la meta es inculcar comportamientos positivos a largo plazo. En lugar de decir "¡Deja de correr y gritar!", diga "Por favor camina y habla bajito dentro de la casa". Un niño en edad preescolar necesita muchos recordatorios y refuerzos sobre lo que se supone que haga.
Tenemos algunos consejos y herramientas para asistirle durante esos momentos difíciles que ayudarán a su niño a ser más independiente y a controlar su comportamiento.
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¿Funciona la disciplina física?
La disciplina física no es la respuesta. Puede que detenga el mal comportamiento hoy, pero los estudios demuestran que no enseña el comportamiento correcto a largo plazo. El mal comportamiento probablemente se repetirá porque el niño no ha aprendido qué se su pone que haga. La
La disciplina corporal es menos común de lo que era antes. La mayoría de los padres probablemente entienden la tentación de pegarles a sus niños en algún momento por hacer algo peligroso, detener rápidamente un comportamiento insoportable o para llamar su atención cuando parezca que nada más funciona. Aun en esas situaciones tan difíciles, la disciplina positiva ofrece una opción más efectiva.
Las investigaciones demuestran que castigar el mal comportamiento no enseña el buen comportamiento ni evita el mal comportamiento en el futuro. Es más efectivo darle al niño un tiempo de exclusión o quitarle un privilegio. Lo más importante que los padres pueden hacer es reforzar el comportamiento positivo que quieren ver.
4 Estrategias para usar la disciplina positiva
La base de la crianza positiva es modelar el comportamiento que quiere ver en sus hijos. Estos son algunos consejos de crianza positiva que puede usar con su preescolar. Recuerde, todo mejorará con la práctica, tanto para usted como para su hijo.
Comience con una actitud positiva.
Piense que usted es un entrenador de crianza positiva en lugar de alguien que hace cumplir las reglas. Su hijo aprende de todo lo que usted dice y hace, incluyendo cómo responde en momentos difíciles. Estas son algunas maneras de aprender lecciones positivas:
Mantenga la calma y hable en un tono de conversación.
Esto le comunicará que usted está en control y que puede manejar la situación. Una actitud calmada puede ser contagiosa y ayudar a bajar el nivel de agitación del niño. Gritar o dar regaños comunica que usted está molesto, lo cual puede hacer que su hijo se moleste aún más. También puede hacer que su hijo se sienta culpable o avergonzado de sí mismo en lugar de dirigirlo hacia el buen comportamiento.
Dé instrucciones claras y positivas.
A veces los niños se portan mal porque no saben qué se espera de ellos. "Prepárate para la cena", puede sonar como una instrucción clara, pero quizás su niño no entienda todos los pasos que se requieren. Los niños en edad preescolar por lo general pueden seguir instrucciones de dos pasos a la vez. Intente diciéndole a su hijo: "La comida está casi lista. Por favor guarda tu juguete ahora y lávate las manos". Después de eso, "ven a la mesa y siéntate en tu silla".
Halague el buen comportamiento.
Busque oportunidades para demostrarle una reacción específica y positiva al buen comportamiento del niño. "Gracias por jugar con el bebé para que yo pudiera terminar de doblar la ropa. Nos hiciste muy felices a los dos. Gracias por ser tan buen ayudante". Darle un refuerzo detallado al momento ayuda a su hijo a sentirse orgulloso de su buen comportamiento. Cuando él falle, puede recordarle la manera correcta de manejar una situación.
Mantenga el buen sentido del humor.
En lugar de criticar el mal comportamiento del niño, mejor diga algo gracioso: "¡Aquí viene el monstruo de las cosquillas que ataca a los niños que no hacen caso!". Muchos padres han adoptado frases sencillas para recordarles a los niños lo que tienen que hacer en ciertas situaciones, tales como "para, mira y escucha" antes de cruzar la calle.
Cómo hacer que los niños no protesten
Su actitud es la herramienta más importante que tiene para manejar el mal comportamiento. La manera en que aborda una situación puede determinar si se convertirá en una guerra de quién puede más o en un momento en el que su niño puede explorar y desarrollarse dentro de límites seguros. Las técnicas de crianza positiva le ayudan a mantener una buena actitud aun en situaciones que presenten retos.
Tome acciones positivas.
Los niños pequeños necesitan la supervisión, distracción y redirección que la crianza positiva provee. Lo que usted hace puede causar una gran impresión en un niño de edad preescolar.
Demuéstrele a su hijo qué hacer en lugar de decirle.
Por ejemplo, demuéstreles que los juguetes van en la caja de juguetes y no detrás del sofá. "Ponemos los juguetes en la caja para saber dónde están cuando vayamos a jugar con ellos de nuevo más tarde".
Dele opciones a su hijo.
Los niños necesitan practicar el tomar buenas decisiones. Puede ayudar dándole opciones sencillas, tales como, "¿Qué quieres ponerte primero, la camisa o los calcetines?" y progresar a opciones más complicadas como: "No tenemos tiempo para jugar otro juego. ¿Quieres guardar el juego ahora, o dejarlo aquí para jugar luego de comer?". Otra manera de ayudar es dejar que los niños mayores tomen algunas decisiones. Pregunte "¿Qué debemos preparar hoy para el almuerzo?" y deje que participe en tomar la decisión.
Sepa cuándo preguntar.
¡Solo hágale una pregunta a un niño si quiere saber la respuesta! "¿Estás listo para irte a dormir?" casi siempre la responden con un "No". En su lugar, diga claramente lo que viene después y lo que tiene que hacer. "Es hora de ir a dormir. Tienes que ponerte el pijama y lavarte los dientes". Deje que sus acciones hablen por sí solas mientras lo guía para que se prepare para ir a dormir. Mantenga la calma y concéntrese en la tarea a realizar aun si su hijo arrastra los pies para hacerlo o se distrae. Usando la disciplina positiva, diríjalo de nuevo hacia lo que tiene que hacer en lugar de criticarlo.
Sea amable, una y otra vez.
Modele la cortesía
Decir "por favor" y "gracias" cuando hable con su hijo es el primer paso en modelar la cortesía. Escúchelo cuando le hable. Bájese a su nivel y haga contacto visual cuando hable con él. No lo interrumpa para pedirle algo inmediatamente, sino que dele un aviso. "Vamos a salir en dos minutos. Eso te da tiempo de lanzarte por el tobogán tres veces más. Contemos juntos". Las técnicas de disciplina positiva le ayudan a modelar el lenguaje y comportamiento respetuoso aun cuando su hijo se porte mal.
Enséñele sobre consecuencias
El mal comportamiento tiene consecuencias naturales, tales como perder un juguete detrás del sofá. Deje que su hijo experimente esas consecuencias. Tenga empatía cuando él se moleste. "Estás molesto ahorita. Sé que quieres tu juguete. Siento mucho que lo hayas arrojado detrás del sofá, pero yo no lo voy a buscar ahora. Quizás la próxima vez no lo vas a arrojar detrás del sofá". Abrácelo y déjelo llorar o expresar sus sentimientos un rato antes de moverse a la próxima actividad.
Ejercite la paciencia.
Toma muchos intentos antes de que el desarrollo del niño le permita estar listo para seguir sus guías y expectativas. Tenga paciencia cuando su hijo esté aprendiendo y no se lo tome personal si él falla. Tenga presente que él no está enojado, que no es malo ni le está desafiando. Se está comportando como el niño que es y haciendo lo mejor que puede para aprender y crecer.
Sea consistente y realista.
Sólo diga algo que vaya a cumplir.
Los niños pueden sentir cuando usted va a cumplir algo y cuando no. Por eso es que los ultimatos raras veces funcionan y hasta pueden desatar un comportamiento aun peor. El enfoque de la crianza positiva es decirle a su hijo claramente lo que va a hacer y luego cúmplalo sin sentimiento de culpa ni vergüenza. Le está demostrando a su hijo que usted está en control y que él puede confiar en que usted hará lo que dice que hará.
Cree rutinas diarias.
Puede ayudar a los niños a aprender lo que se supone que hagan creando rutinas para las actividades diarias tales como desayunar, cenar, bañarse e irse a la cama. Cuando los niños son muy pequeños, hábleles de las rutinas y guíelos por ellas. Mientras van creciendo, deje que ellos le guíen a usted algunas veces y eventualmente permítales que hagan más cosas solos. Si fallan, recuérdeles lo que deben hacer después.
¿Estará seguro mi hijo si practico la disciplina positiva?
La seguridad es un asunto de gran importancia para los padres de niños pequeños. Su labor como padre es proteger a su hijo sin dejar que sus miedos le desanimen de explorar y experimentar como es debido. Supervisar a su hijo es la mejor manera de protegerlo. Por ejemplo, puede enseñarle a un niño de dos años que no corra a la calle, pero no lo dejaría jugar sin supervisión cerca de una calle transitada. Los niños más pequeños necesitan su supervisión para estar seguros y se les debe redirigir cuando sea necesario.
Es fácil reaccionar exageradamente cuando un niño de edad preescolar hace algo peligroso, pero gritarle o castigarlo no le ayudará a entender lo que hizo mal ni evitará que lo haga de nuevo. Use técnicas de crianza positiva para redirigirlo de manera segura y explicarle lo que debe hacer en el futuro. Si es necesario, tómese unos minutos para calmarse usted antes de hablarle a su hijo.
Recursos para pedir ayuda
Recuerde también que usted no tiene que hacer esto solo. Si se siente abrumado, obtenga ayuda de su pareja, familiares o amigos. La Línea de Ayuda para Jóvenes de Texas a través del 1-800-989-6884 está disponible para ayudar a los padres de niños pequeños y adolescentes.
Descargue e imprima estas hojas de consejos de nuestra recursos para padres: