Rivalidad entre hermanos en niños y adolescentes
Por Ilyse Kennedy
Lectura de 7 minutos
La decisión de tener más de un hijo viene acompañada de muchas esperanzas y sueños. Quizás se imagina a sus pequeños tomados de la mano, siendo excelentes compañeros de juego y convirtiéndose en mejores amigos para siempre. Quizás sueña que sus hijos tienen un lenguaje secreto que solo ellos conocen y que un día tendrán sus propios hijos, quienes también serán mejores amigos. Los padres quieren que los lazos entre hermanos sean fuertes. Sin embargo, ¿qué pasa cuando en lugar de ser mejores amigos sus hijos desarrollan una rivalidad entre hermanos?
Primero que nada, no se desanime si sus hijos comienzan a mostrar una rivalidad entre hermanos. Muchas familias experimentan esto y es mucho más común de lo que piensa. Muchos hermanos son competitivos entre sí, y la competencia saludable es adecuada para el desarrollo de los niños. Es nuestro trabajo como padres darnos cuenta cuando la competencia saludable se convierte en una rivalidad entre hermanos y comienza a afectar la salud mental de los niños. Estar alertas como padre o madre le ayudará a darse cuenta cuando ocurran estos cambios para que pueda intervenir rápidamente. Hay muchas maneras de corregir esto y reparar la relación para que sus hijos puedan mantener para toda la vida esos lazos estrechos con los que usted siempre soñó. La rivalidad entre hermanos no tiene que durar para siempre y con frecuencia se termina. Comprender las razones por las que sus hijos se están comportando de esa manera puede ayudarle a resolver el problema para que puedan seguir creciendo como buenos amigos. Basta con preguntarles a otros, ¡muchos hermanos que de adultos tienen una relación estrecha tuvieron bastantes peleas o rivalidad!
La rivalidad entre hermanos puede aparecer en cualquier relación entre hermanos. Lo vemos en las familias biológicas, adoptivas y entre hermanastros. Lo vemos cuando nace el primer hermano, o en el caso de un hermanastro y niños adoptados, cuando un nuevo hermano se une a la familia. La rivalidad entre hermanos es una competencia entre hermanos y es parte natural del crecimiento. Ocurre entre hermanas pequeñas y mayores, hermanos pequeños y mayores, así como entre hermanas y hermanos, y muchas veces la raíz es la competencia por la atención de los padres. A medida que los niños crecen, esto puede convertirse en celos por los logros del otro hermano, lo que causa resentimiento y crea relaciones entre hermanos dolorosas.
A los padres de niños pequeños se les puede hacer más fácil manejar las peleas entre hermanos. Para los padres de niños más grandes y adolescentes puede ser más difícil determinar cuándo intervenir. Cuando las relaciones entre hermanos se afectan durante la adolescencia, puede afectar la relación de hermanos cuando sean adultos. Si está enfrentando rivalidades entre adolescentes, no es demasiado tarde para intervenir y reparar esas relaciones de hermanos.
El cerebro de los adolescentes
Es importante entender cómo funciona el cerebro cuando hablamos de la rivalidad entre hermanos adolescentes. La última parte del cerebro que se desarrolla es el lóbulo frontal. El lóbulo frontal es el centro de control de impulsos del cerebro y por lo general no termina de desarrollarse sino hasta los 26 años de edad. Esto quiere decir que los niños y adolescentes tienen mucho menos control de impulsos que los adultos.
Los estudios también han demostrado que el centro de recompensas del cerebro es más sensible en los adolescentes y por eso se activa con facilidad. El cerebro de los adolescentes, con su poco control de impulsos y un centro de recompensas exacerbado, está listo para tomar decisiones impulsivas para obtener una satisfacción inmediata. Entender cómo funciona el cerebro de los adolescentes puede ayudar a los padres a entender mejor por qué ocurren conflictos entre los hermanos.
¿Por qué tanta pelea entre los hermanos?
Los niños, especialmente los adolescentes, a menudo buscan el reconocimiento y validación de varias maneras y de múltiples personas, incluyendo sus compañeros y padres. Aunque quizás no lo digan, la mayoría de los adolescentes desean que sus padres los reconozcan y validen. Ver cómo sus padres halagan a un hermano puede ser decepcionante y doloroso para el niño que no está recibiendo la atención, y eso puede causar celos y peleas. Además de querer el reconocimiento de mamá y papá, también quieren que sus compañeros los acepten.
La rivalidad entre hermanos tiene una naturaleza competitiva. Los niños no solo están luchando por la atención, sino que a menudo están buscando independencia o empoderamiento. Un conflicto típico pudiera incluir querer distanciarse uno del otro; una lucha de poder sobre el control del televisor; o competir por las calificaciones, popularidad, talento y otras cosas. Los hermanos pudieran envidiar ciertas destrezas o cosas en las que su hermana o hermano se destaca y sentir que ellos no son buenos en esas mismas cosas.
Muchos factores determinan cómo se desenvuelven las rivalidades entre hermanos y quién se afecta más. Estos incluyen el orden de edades, composición familiar, problemas de salud mental o física o discapacidades dentro de la familia. Los hermanos del mismo sexo tienden a pelear más a menudo y los niños más pequeños quieren tener los mismos privilegios que los mayores. Algunos niños pelean para hacer quedar mal a sus hermanos para tratar de ser el hijo favorito. Los primogénitos pueden batallar más con un hermanito o una hermanita al verse obligados a compartir la atención que una vez tuvieron para ellos solos. Los padres deben entender que esto es normal. Cuando llega un nuevo niño a la familia es el momento ideal para darle muchos abrazos y cariños extra al hijo mayor.
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¿Cómo y cuándo deben intervenir los padres?
Saber cuándo intervenir para terminar una discusión puede ser difícil para los padres. Cuando los niños son más pequeños, los padres quizás tengan que intervenir con mayor frecuencia para ayudarlos a resolver conflictos. Sin embargo, si es posible, lo mejor es dejar que los hermanos resuelvan el problema entre ellos. Anímelos a buscar soluciones para que aprendan a solucionar problemas.
Si una situación se sale de control, ayude a sus hijos a calmarse dejándolos explicar lo que está pasando. Asegúrese de no tomar partidos y siempre escuche a ambos niños y sus puntos de vista. Si se han golpeado, asegúrese de que sepan que no está permitido golpearse y que esa no es manera de arreglar un problema.
Cuando los niños resuelvan los conflictos por sí mismos, asegúrese de reconocer sus esfuerzos y felicitarlos por haber encontrado una solución. Es importante que los niños entiendan que pedir perdón es bueno y que todos tenemos que aprender a hacerlo. Esto incluye que los padres digan "lo siento" a los niños y se lo digan entre ellos. Su disposición para reparar relaciones les enseña a sus hijos a hacer lo mismo. Si los niños aprenden que está bien pelear sin disculparse ni encontrar una solución, aprenderán que este comportamiento es correcto. Ser un buen ejemplo a seguir puede ayudarle a lidiar con las peleas entre hermanos y encontrar soluciones.
Cómo construir una buena relación con cada niño
Pasar tiempo de calidad con cada uno de sus hijos puede ser importante para minimizar la rivalidad entre hermanos. Si tiene una familia grande, podría ser difícil planificar tiempo individual con cada uno. Trate de crear rituales que incluyan tiempo individual con cada niño. Estos pueden ser algo breve y conciso, tan sencillo como ir a comer helado a un lugar especial una vez a la semana, salir a caminar juntos o leer sus libros favoritos. El ritual debe destacar algo específico y especial para ese niño.
A medida que los niños crecen, ellos continúan necesitando a sus padres, solo lo hacen de una manera diferente. Como parte del desarrollo, los adolescentes pueden estar alejándose de los padres mientras buscan su independencia y usted puede experimentar más discusiones familiares. Durante esta etapa, busque maneras de seguir conectados haciendo cosas que ambos puedan disfrutar. Podría ser jugar baloncesto, correr juntos, cocinar o ver su programa de televisión favorito.
Planificar tiempo individual con cada hijo le permite a él (o ella) sentirse conectado y valorado. Cuando cada niño se siente valorado, no tiene que luchar por atención ni sentirse opacado por un hermano. Por supuesto, el tiempo individualizado no es la única medida para resolver la rivalidad entre hermanos. Crear tiempo para pasar en familia también es crucial para desarrollar fuertes lazos familiares.
Es fácil olvidar la importancia que tiene el juego cuando los niños y los adolescentes crecen. No olviden jugar en familia, pero también tome en cuenta el aspecto competitivo entre los hermanos cuando haga sus planes. Una noche de juegos en familia quizás no sea la mejor opción. En su lugar, considere actividades como salir a caminar juntos u ofrecerse de voluntarios con una entidad caritativa local.
¿Cuándo pedir ayuda para resolver la rivalidad entre hermanos?
No todas las rivalidades entre hermanos tienen una solución sencilla. A veces los problemas son tan profundos que los padres no pueden resolverlos solos. A veces la rivalidad entre hermanos puede llevar a la violencia, o uno de los niños puede comenzar a experimentar baja autoestima, depresión o ansiedad. En casos extremos, los padres podrían ver señales de ideas o amenazas suicidas cuando un niño pierde interés en las actividades que antes disfrutaba, distanciándose de sus hermanos o de otros familiares.
En ese tipo de situaciones, la terapia familiar o un consejero de crianza pueden ayudar. Pedir ayuda externa no significa que usted esté haciendo algo mal ni que ha fallado como padre o madre. Cuando se resuelven conflictos en la familia, muchas veces es necesaria la ayuda externa, especialmente si la rivalidad entre hermanos se torna violenta, no responde a los límites y consecuencias establecidas, o si la salud mental de uno de los niños se está afectando, como por ejemplo, si desarrolla depresión o ansiedad.
Fomente relaciones saludables entre hermanos
Todas las relaciones requieren de tiempo, compromiso y mucho trabajo. Los padres pueden ayudar a sus hijos a formar relaciones más sólidas siguiendo estas recomendaciones:
- Trate a sus hijos como individuos únicos y evite mostrar favoritismo.
- Mantenga la calma y la mente abierta durante las discusiones entre niños.
- Asegúrese de que ellos conozcan las reglas de la familia, que incluyen no golpear.
- Deles a los niños la oportunidad de resolver sus conflictos en la medida que sea posible.
- Anímelos a resolver los problemas y a respetar los sentimientos de cada uno.
La buena noticia es que los hermanos se quieren mucho, aun si pelean, y con frecuencia superan sus diferencias y se hacen amigos. Sin embargo, para algunos hermanos esto puede tomar algo de tiempo. Aunque muchos padres quieren que sus hijos sean amigos, no trate de forzarlos. Ellos lo harán a su propio ritmo. Como madre o padre, usted puede crear la base asegurándose de que sus hijos se respeten y estableciendo conexiones familiares positivas. Esto promoverá una mayor autoestima en cada niño, lo que debería reducir las peleas entre hermanos, pues cada niño se sentirá querido, valorado y respetado.