Programa para Militares, Veteranos y sus Familias (SMVF)

Por: el personal de BuenosConsejosParaPadres.com
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Cuando el Sargento Primero Geraldo Rivera y su familia recibieron una transferencia a San Antonio, la transición fue más difícil para sus pequeños hijos: Gabriel, de 4 años, y Geraldo Jr., de 5 años. “La mudanza era algo a lo que estábamos súper acostumbrados”, explica la madre, Kayla Rivera. “Los militares hacen un buen trabajo con la preparación del personal en el servicio activo, pero experimentamos muchas dificultades con Geraldo Jr. en la guardería, pues él siempre había estado con la misma gente. Estaba recibiendo muchos mensajes y llamadas diarias de la escuela acerca de su comportamiento, y se me ocurrió que necesitaba ideas y ayuda externa”.

Servicios para los militares

En un centro de recaudación de fondos castrense, Kayla se enteró de los recursos disponibles para los militares a través del Programa para Militares, Veteranos y sus Familias (SMVF, por sus siglas en inglés). El SMVF ofrece apoyo a las familias cuyo padre o madre presta o ha prestado servicio en las fuerzas armadas, en la reserva o en la Guardia Nacional. Los padres pueden acceder a clases de crianza, recursos educativos, orientación y otros servicios de apoyo. El programa ayuda a los padres a encontrar la manera de apoyar el bienestar emocional y físico de sus hijos. También les brinda un espacio para entablar amistades y hacer conexiones para expandir su sistema de apoyo.

Las familias militares se ayudan entre sí

La familia Rivera comenzó con una clase grupal específicamente diseñada para familias de militares que experimentan un cambio permanente de estación (PCS, por sus siglas en inglés) o alguna otra transición de envergadura. Fue allí donde conocieron a Denise Jackson, educadora de padres de Servicios para las Familias. “A mi esposo lo habían movilizado a un destacamento cuando los conocí”, cuenta la Sra. Jackson. “Creo que eso me ayudó a comprender mejor lo que estaban pasando, así que conectamos y nos hicimos amigos bastante rápido”.

Programas diseñados para padres

Tan pronto cuando los Rivera se enteraron del programa de crianza Triple P que dirige la Sra. Jackson, se inscribieron. “Triple P significa Positive Parenting Program (en inglés) o Programa de Crianza Positiva”, explica la Sra. Jackson. “En nuestro currículo, se trata de profundizar en uno mismo y luego ver si lo que hago es el motivo por el cual mi hijo lo hace y cambiar esas rutinas”. El programa también sirvió para que Kayla y Geraldo examinaran su propio estilo de crianza y de dónde provenía. “Definitivamente nuestros estilos de crianza son diferentes”, sentencia Karla. “Él es más del tipo: ‘Bueno, te aguantas’, mientras que yo soy más del tipo: ‘Está bien, todo estará bien, hablemos’”.

Ponerse en sintonía

El programa abarca temas variados: desde cómo lidiar con las pataletas y la planificación de actividades hasta cómo examinar los patrones familiares. “Me percaté de que yo hacía ciertas cosas que no me gustaban”, dice Kayla, “por lo que asistir al programa Triple P nos puso en sintonía. Ayudó a alinear nuestra forma de crianza”. Tanto Kayla como Geraldo sabían que no querían repetir todos aquellos patrones que habían experimentado en carne propia durante su infancia. “Del entorno del que yo vengo, me castigaban si hacía algo malo”, señala Geraldo. “Yo sabía que, de llegar a formar una familia, no lo haría igual, sino que iba a tratar de cambiarlo un poco”.

Cambio para bien

Geraldo y Kayla ya pueden apreciar que el programa está haciendo una diferencia positiva en su interacción con sus hijos. “Antes de que comenzáramos las clases, me veía haciendo ciertas cosas que me recordaban lo que mis padres hacían cuando era niña y que no me gustaban”, comenta. “Y poder cortarlo de raíz gracias a este programa de crianza ha sido bastante bueno, ya que puedo ver que influye en ellos [mis hijos]. Por ejemplo: si un vaso se rompe, mi reacción inicial era: “¡Dios mío! ¿Por qué pasó eso?” Sin embargo, ahora es más bien: “Bueno, vamos a recogerlo”. Y reacciono con más calma. Si damos el ejemplo de una buena crianza, ellos van a tener eso en el futuro”.

Crianza proactiva

En la medida en que la rutina de Geraldo y Kayla comenzó a cambiar, así también lo fue para Geraldo Jr. “Veo en él una diferencia del 100 por ciento”, asegura Kayla. “Cuando recién comenzamos el programa, él tenía muchas dificultades para procesar sus emociones. La Sra. Jackson nos ensenó a ser proactivos, a prepararlo y hacerle saber: bueno, si esto pasa, esto es lo que voy a hacer. No voy a reaccionar de forma exagerada. Él aprendió a detenerse y pensar primero en lo que iba hacer o decir. Y los modales y esas cosas. Ella es muy buena en eso. Tienes que decir “Con permiso”, si vas a interrumpir. Y así, los maestros lo entienden un poco mejor porque puede articular lo que siente y piensa”.

Padres más fuertes, matrimonio más fuerte

Estar en el mismo equipo de crianza y tener una estrategia sólida ha beneficiado el matrimonio de Geraldo y Kayla. “Estar en la misma sintonía con la técnica de crianza fue bastante provechoso en nuestro matrimonio, ya que no estábamos necesariamente en desacuerdo”, manifiesta Kayla. “Ya hemos acordado cómo vamos a criar, así que, cuando algo pasa, ya no es más una discusión. Y con los comportamientos que observábamos antes, cuando todo eso se estabilizó, fue de gran ayuda para nuestro matrimonio”.

Compartiendo los recursos

Como líder de su unidad en el ejército, Geraldo se complace en compartir con sus compañeros este recurso tan valioso. “Dado que estoy a cargo de mi unidad, puedo brindar esa información para ayudarlos a conectarse”, comenta Geraldo. “Puedo darles a conocer desde mi perspectiva que estas son las cosas por las que he pasado y brindarles un recurso para que lo prueben y vean si ayuda. Porque hay familias que están demasiado asustadas para conectarse o demasiado ocupadas, pero después de pasar por todas estas cosas, fue de bastante utilidad”.

Específicamente para los militares

Si hay algo único del programa es que está diseñado específicamente teniendo en mente las necesidades y el estilo de vida de militares y veteranos. “Nuestros militares siempre están fuera del país y retornando, o desplazándose a distintas partes de los estados y viajando por trabajo”, expone Geraldo. “Hay familias que fueron criadas de otras maneras, proviniendo todas de entornos diferentes. Pero esto es algo que podemos ofrecerles, o decir: ‘Podrías intentarlo. Al menos con nuestro horario, sé que siempre estás trabajando, aquí hay algo que puede ayudarte a ti y a la familia. Y aquí están todos estos servicios adicionales que se te ofrecen, así que, ¿por qué no probarlos? Se te ofrecen y son gratis’. No hace daño preguntar”.

El poder de un apoyo fuerte

La familia Rivera está muy agradecida por el impacto que ha tenido la Sra. Jackson en sus vidas. “Vivimos fuera de la base y no tengo contacto con muchas de las otras esposas de militares”, explica Kayla. “Ella era como parte de nuestra tribu. No nos trató como si fuéramos otro cliente más, por lo que me siento muy unida a ella, y ella a nuestra familia. ¡Ella sabía lo que era bueno para nosotros antes de que nosotros mismos lo supiéramos!” Y la Sra. Jackson claramente siente lo mismo. “Quiero que eso continúe. No quiero que crean que van a hacer diez sesiones conmigo y adiós. Estoy aquí con ellos, no importa dónde esté”.

Encuentre programas cerca de usted

Actualmente el SMVF está disponible en Bell, Bexar, Coryell, El Paso, Harris, Kleberg, Lampasas, McLennan, Montgomery, Nueces, Waller y Williamson. Para calificar para este servicio infantil y familiar, las familias deben vivir en el condado del área específica de servicio o en el área de servicio combinada. Debido a que el programa se ofrece a través de socios comunitarios locales, la disponibilidad, los requisitos y los recursos varían por condado. Encuentre programas en su área.