La lucha de poder con los niños pequeños y los adolescentes
Con la Stephanie Legendre, LPC
Duración del video: 2:29 minutos
Para los padres puede ser un desafío lidiar con el berrinche de un niño pequeño o el estallido de un adolescente. ¿Entonces qué debe hacer? ¿Cómo detiene la lucha de poder y evita que se repita? Stephanie Legendre, terapeuta profesional con licencia, responde esas interrogantes. Vea el video para aprender más.
Terapeuta profesional con licencia ofrece consejos sobre las luchas de poder entre padres e hijos
Quiero que mis hijos se regulen; eso significa que quiero que se calmen. Sin embargo, cuando hacemos eso, creamos esta percepción de que tenemos que estar calmados y felices todo el tiempo, y el ser humano no está realmente hecho para eso. La regulación emocional es sencillamente ser resilientes con todas las emociones que la vida nos presenta.
Los berrinches de los niños pequeños
Un error común es: el niño comienza un berrinche, se tira al piso, quiere una galleta, usted dice que no. Le explica que, bueno, que no puede darle la galleta por esto, esto y aquello.
Y bien, eso solo activa al niño aún más, y regresa con más ganas. Y ahora hay una lucha de poder, ¿cierto? Luego el niño piensa: “Tal vez puedo sacar algo de todo esto; tal vez me den una galleta después de todo”. Cuando termina la lucha de poder, el niño se da cuenta de que no le darán la galleta y entra en furia, pero ahora el padre también está furioso.
Yo les digo a los padres: “No muerdan la carnada, no se enganchen, eso los va a perturbar más”. Ese es el momento de poner en práctica lo que sea que funcione para ustedes: hacer una pausa, respirar, lo que sea.
Las emociones en la adolescencia
Con los chicos más grandes, queremos enseñarles asertividad: “Estoy enojado, pero cómo te digo que estoy enojado sin portarme... básicamente como un idiota”. Así pasa con mi hijo de 15 años cuando lo obligo a volver a hacer las cosas. Le digo: “Guao, cuida el tono”. Cuando las personas están enojadas no quieren hacer las cosas. Y entonces, usted debe ayudarlas a que se sientan escuchadas.
Ayúdelos a sentirse escuchados
Diga algo así como: “Veo que estás enojado, te escucho, estás enojado, puedes estarlo”. Y una vez que usted lo escuche, le prometo que su hijo hará lo que usted ha estado tratando de enseñarle porque se sintió escuchado.
Está bien pedir ayuda
Busque a alguien con quien pueda conectar, sin juzgarlo. Si necesita ayuda profesional, búsquela también. Eso sí, busque a alguien ideal para usted y con quien se sienta cómodo hablando.