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Qué hacer cuando sus hijos le contesten de mala manera

Por Jessica Kilpatrick, MA, LPC- S
Lectura de 8 minutos

Todos los padres se emocionan cuando sus hijos aprenden a hablar y expresarse. Sin embargo, esa emoción pronto se puede tornar alarmante cuando sus hijos comienzan a usar sus palabras de manera grosera o irrespetuosa.

Un escenario común: Usted le dice a su hija de tres años que es hora de guardar los juguetes. "¡No!", exclama ella. "¡No quiero! "¡Tú no me mandas!". Solo por un minuto usted comienza a añorar los días en que ella no sabía hablar y se pregunta si le esperan años de malacrianzas.

Contestar de mala manera es una parte normal del desarrollo de los niños y puede ocurrir a cualquier edad, comenzando tan pronto cuando los niños aprenden a dominar la palabra "¡no!". Un niño que contesta de mala manera pudiera estar cansado, estar probando sus límites o tratando de ejercer más control sobre su vida. Sea cual sea la razón por la que esté contestando de mala manera, hay maneras en que usted puede responder que le enseñará a su hijo a expresarse de una manera positiva.

Un niño pequeño que contesta de mala manera puede sacar de quicio a sus padres.

Qué hacer cuando sus hijos le contesten de mala manera

Puede ser tentador responder a su vez con una mala contestación. Por ejemplo, cuando su atrevida hija de tres años le grite "¡Tú no me mandas!", en lugar de seguir la orden que le dio de guardar los juguetes, es tentador decir "¡Oh, yo sí te mando!" Aunque pueda satisfacerle en el momento, eso le enseña a ella que está bien hablar de manera grosera cuando uno está molesto. Estas son algunas sugerencias para manejar mejor esas malacrianzas.

Mantenga la calma.

Cuando los niños contestan de mala manera, por lo general están molestos por algo. Escucharlos hablar de manera grosera probablemente también le enoja a usted. Por más difícil que sea, trate de mantener la calma y hable en un tono normal y estable. Si siente demasiada frustración como para hablar al momento, cuente hasta 10, respire profundo varias veces o aléjese por un momento para componerse. Es mejor tomarse un momento para calmarse que escalar el conflicto, y esto les enviará una clara señal a los niños de que han cruzado la línea. Trate de hablar de manera calmada y respetuosa ante las contestaciones irrespetuosas: "Yo sé que puedes decir eso de una mejor manera" o "Así no nos hablamos aquí. "¿Puedes intentar de nuevo?".

Sea claro.

Deles instrucciones sencillas y específicas a sus hijos sobre lo que pueden esperar y lo que usted no tolerará.  Por ejemplo, un niño de tres años que contesta de mala manera quizás no entienda una orden general como "No seas grosero". En su lugar, dígale "Cuando te digo que recojas tus juguetes, tienes que hacerlo. Tienes que escuchar cuando te pido que hagas algo".

De igual modo, si hay una palabra o comportamiento específico que desea detener, identifíquelo y dígale lo que quiere que haga en vez de eso. "No me gusta cuando tiras tu pijama al piso. Te pedí que te pusieras tu pijama. Como no escogiste una, yo la voy a escoger por ti y te voy a ayudar a ponértela." Tenga paciencia con los pequeñines y recuérdeles lo que no es aceptable en su casa.

Ofrezca opciones.

Cuando los niños contestan de mala manera, está bien ofrecerles una opción en lugar de iniciar una lucha de poder. Esa niñita de tres años que se rehúsa a guardar sus juguetes quizás esté ocupada viendo su libro favorito. En lugar de enfocarse en hacer que recoja todos los juguetes, considere darle una opción. "Ya casi es hora de ir a la cama, pero veo que no has terminado tu libro. ¿Prefieres terminarlo ahora y luego recoger los juguetes o prefieres recoger los juguetes ahora y leer cuando te vayas a dormir?"

De la misma manera, cuando a los niños en edad preescolar no les gusta una verdura, como el brócoli, se les puede dar la opción de escoger otra verdura si está disponible, o de comer otros alimentos en su plato, en lugar de iniciar la lucha sobre cuánto brócoli tienen que comer. Enfoque su energía en la meta de enseñarles a los niños a manejar situaciones de una manera positiva. Siempre y cuando el niño pida otra opción de manera respetuosa, por lo general podemos encontrar una manera de complacerle. 

Establezca límites.

Es totalmente aceptable tener cosas no negociables, tales como las malas palabras, insultos y amenazas. Un niño que contesta de mala manera podría estar usando palabras que ha escuchado en la televisión o en público sin saber lo que significan. Trate de no alarmarse si sus hijos usan lenguaje indebido; en su lugar, maneje la situación calmadamente y deles instrucciones claras. "Esa palabra no la usamos. No es una palabra buena y no quiero oírte usarla otra vez. Vamos a pensar en otra palabra que podemos usar para expresar cómo te sientes."

Si usa la palabra de nuevo para llamar su atención, intente otro enfoque. No haga caso y siga haciendo lo que estaba haciendo. Dígale algo como: "No te escucho cuando hablas así. Cuando me hables con palabras respetuosas entonces te escucharé."

Si continúa usando la palabra prohibida, use la técnica de tiempo de exclusión inmediatamente. Siente a su hijo en un lugar seguro donde lo pueda ver y haga que se quede allí durante un minuto por cada año de edad. A los niños de tres años, estar excluidos por tres minutos les parece una eternidad. Un tiempo de exclusión siempre debe terminar con una conversación breve sobre la razón de la exclusión, una oportunidad para que intente de nuevo y decirle que lo ama. También puede intentar un tiempo de inclusión en el que el niño se toma un momento con el adulto cerca para pensar en lo que dijo.

Haga cumplir las consecuencias.

En la mayoría de las situaciones, no hacerles caso cuando contestan de mala manera los animará a continuar haciendo lo mismo. Deles a los niños consecuencias claras y apropiadas para su edad y sea firme. Cuando actuamos como si no hubiera pasado nada, dejamos que los niños piensen que ese comportamiento es aceptable. Ser consistente envía un mensaje claro de que usted necesita ver a sus hijos aprendiendo y creciendo. Cuando su hijo está cansado, hambriento o se le ha pedido que haga algo difícil como quedarse quieto por periodos largos de tiempo, vea cómo puede atender sus necesidades en lugar de inmediatamente saltar a las consecuencias. Quizás necesite una merienda, una siesta o hacer una actividad para poder tomar mejores decisiones.

Good to Know

Las orejitas siempre están escuchando.

Una de las herramientas más efectivas es modelar el buen comportamiento teniendo cuidado de las palabras que usa y el tono de su voz. Haga lo mejor posible por hablarles con respeto a su pareja, amigos, familiares, colegas y extraños. Algunos padres eliminan las "palabras adultas" de su vocabulario para que no se les escapen tan fácilmente frente a los niños. Estar más conscientes de lo que usted dice y cómo lo dice forma buenos hábitos que les pasará a sus hijos.

¿Por qué me contestan de mala manera mis hijos?

Los niños pueden contestar de mala manera por muchas razones. A veces el niño que lo hace está cansado, hambriento o simplemente está teniendo un mal día. Contestar de mala manera también puede ser su medio para probar sus límites. Quizás hayan oído a otros niños más grandes decir frases como "tú no me mandas" o "no lo voy a hacer" y deciden probarlo ellos mismos.

Una razón común por la que los niños pudieran contestar de mala manera es no saber cómo manejar sus sentimientos y emociones. Podrían sentirse enfadados, preocupados, tristes, con miedo o frustrados. Los niños pequeños que contestan de mala manera cuando se les pide que hagan algo podrían sentir que todo su día consiste en que le digan lo que tiene que hacer y cuándo hacerlo. Podrían sentir que no tienen control de su tiempo ni actividades, pero carecen de las destrezas para entender y expresar esos sentimientos. Contestar de mala manera puede servir para desahogarse. Una de las mejores maneras de dirigir sus emociones es darles un nombre, como "estás molesta" o "te sientes frustrado". Estas palabras son aceptables y le permiten a su hijo expresar sus sentimientos de manera apropiada.

Contestar de mala manera tiende a ser más común cuando la rutina de los niños o de la familia completa cambia. Quizás tengan un bebé recién nacido en casa o su hijo comenzó a asistir a una guardería nueva. Los niños sensibles al cambio podrían necesitar más tiempo para ajustarse a una nueva rutina.

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La frustración y la tristeza pueden hacer que un niño conteste de mala manera.

Contestar de mala manera puede ser un llamado para recibir atención.

Si ninguna de estas razones pareciera aplicar, considere que quizás lo que desean es simplemente su atención. Contestar de mala manera les garantiza que usted les prestará atención, y para ellos la atención negativa es mejor que no recibir ninguna. Trate de sacar una cantidad de tiempo específica todos los días para dedicarle toda su atención a sus hijos. Puede ser 10 minutos o puede ser más, el tiempo que sea factible para usted. Solo sea consistente. Al brindarles su atención a sus hijos con anterioridad, notará con el tiempo que contestan menos de mala manera.

Use estos consejos de crianza positiva para sacarle el mayor provecho a su tiempo juntos:

  1. Permita que el niño sea el líder. Permita que sea el niño quien decida qué van a hacer y luego únase. Podrían leer un libro, pasarse una pelota, jugar con bloques, hacer muecas o lo que sea que ellos quieran hacer. La clave es que el niño sea el líder y usted le siga con entusiasmo.
  2. Elimine las interrupciones. Guarde su celular y otras distracciones. Separar este tiempo les enseña que son importantes para usted. Si tiene más de un hijo, pase tiempo con cada uno individualmente y asegúrese de que los demás estén ocupados de manera segura.
  3. Póngale nombre. Su tiempo especial merece un nombre especial, por ejemplo "Tiempo de Anna y Mamá". Ponerle nombre lo convierte en algo real e importante para ambos. Cuando termine este tiempo, dele un abrazo y dígale: "Disfruté mucho el Tiempo de Anna y Mamá. Ya quiero que sea mañana para volverlo a hacer".

Cómo detener las contestaciones de mala manera antes de que comiencen

Estos son otros consejos para evitar que contesten de mala manera.

Busque los patrones.

Preste atención a las situaciones en las que sus hijos le contestan de mala manera. ¿Tiende a ocurrir a ciertas horas del día o cuando están con ciertos amigos? ¿Ocurre cuando tienen sueño o hambre? ¿Tienden a contestar de mala manera cuando hay otras personas presentes? Trate de remover los factores que parecieran iniciar este comportamiento. Por ejemplo, si nota que tienden a contestar de mala manera cuando tienen hambre o sueño, trate de mantener horarios consistentes de comidas y siestas y tenga meriendas a la mano cuando no están en casa. Por supuesto, es importante que aprendan que contestar de mala manera no está bien no importa cómo se sientan, pero será menos frustrante para ambos si puede reducir las instancias en que exhibe este comportamiento.

Reduzca las influencias negativas.

Muchos programas de televisión y películas presentan niños atrevidos e irrespetuosos que provocan mucha risa. Lo que es gracioso en pantalla no siempre es aceptable en la vida real. Los niños pequeños deben pasar un tiempo mínimo frente a las pantallas y siempre deben estar supervisados. Cuando vean videos juntos, hablen sobre lo que están viendo y dígales a sus hijos que imitar el mal comportamiento no es gracioso ni aceptable.

Halague el buen comportamiento.

A los niños les encanta saber cuando han hecho algo bien. Recompénselos con un abrazo, un agradecimiento o un halago siempre que pueda para reforzar el buen comportamiento. Cuando su hija de tres años guarde todos sus juguetes sin contestar de mala manera, dígale que agradece su ayuda. También puede enseñarles que usar las palabras de la manera correcta no siempre significa que obtendrán lo que quieren. "Gracias por pedirme de buena manera si puedes dejar los juguetes afuera, pero es hora de ir a la cama así que tienes que recogerlos ahora" o "Gracias por preguntar de tan buena manera.  Me gusta cuando usas tus palabras."

No se lo tome personal.

Contestar de mala manera es normal a medida que los niños se van haciendo más independientes y asertivos. No es una señal de que usted haya hecho algo mal como padre ni de que sus hijos no le respeten. Trate de enfocarse en las lecciones positivas sobre la comunicación respetuosa y no se frustre si no las aprenden inmediatamente. Recuerde, ¡todos están haciendo lo mejor que pueden!

Las situaciones en las que los hijos contestan de mala manera son un reto que enfrentan todos los padres. A pesar de todo lo que haga, es muy probable que sus hijos digan cosas groseras e irrespetuosas a veces. La destreza más importante que debe practicar es mantener la calma y el respeto, no importa su nivel de frustración o molestia. Sus hijos aprenderán más de cómo usted reaccione que de lo que les diga. Mientras menos reaccione a las contestaciones atrevidas, y en su lugar responda redirigiendo al niño, más motivación tendrá para hablar con respeto.

No deje que este mal comportamiento le desanime.

Cuándo buscar ayuda

La mayoría de los niños pequeños contesta de mala manera. Con paciencia, podrá enseñarles cuáles son las maneras aceptables de hablar y su comportamiento debería mejorar. Si las contestaciones de mala manera continúan siendo un problema, hable con su pediatra o un proveedor de FAYS en su área.

¿Tiene alguna pregunta sobre los niños contesten de mala manera?

Comuníquese con el equipo de BuenosConsejosParaPadres.com.

Jessica Kilpatrick

Jessica Kilpatrick, MA, LPC- S

Jessica Kilpatrick es una consejera profesional con licencia con 20 años de experiencia trabajando con niños en hogares de acogida temporal, escuelas, centros comunitarios y entornos de consejería.

Aprende más sobre el autor.

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